Sentados y esperando que llamen para embarcar. Cuántas veces
he pasado por esta situación y sin embargo sólo en una de ellas el avión me
llevaría volando al reino de mis sueños, a la isla más al norte, al lugar donde
la tierra y el fuego se unen, al lugar donde se respira el aire más puro y se
bebe el agua más limpia del planeta... Lo soñé tantas veces... que al final –aunque
sólo fuera una vez- se hizo realidad. Este fragmento de foto, como cualquier
fragmento inconexo de mis sueños, me recuerda que una vez hice el viaje y que
ese viaje fue eterno porque nunca dije adiós y se quedó formando para siempre
parte inseparable en mis recuerdos.
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