Aprovechando que aquél centro deportivo tenía todo tipo de
aparatos para hacer gimnasia, mi amigo quiso enseñarme alguno de ellos como
este en el que aguanto la vibración que recorre todo el cuerpo.
Claro que no es
necesario subir a este aparato para sentir esa vibración y cosquilleo por todo
el cuerpo; sólo es necesario ir a Islandia y contemplar su paisaje.
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