Pero si los pies estaban ya en tierra islandesa, el resto
del cuerpo y sobre todo la cabeza estaba en el aire, en ese aire puro,
transparente, frío y... en continuo movimiento. Se puede apreciar por el
movimiento de las nubes. Y es difícil predecir el tiempo que va a hacer... o
mejor dicho, es fácil predecirlo: habrá fuerte viento todos los días,
temperatura fresca (entre 11ºC y 14ªC en el mes de julio), sol a ratos, nublado
con frecuencia, lluvia de distintas clases y a distintos intervalos y horarios
durante el día... y todo así seguido, sucediéndose uno tras otro a lo largo del
día, a lo largo de los sucesivos días. En Islandia no hace “tal” tiempo cada
día, sino que hace “todos los tiempos posibles” cada uno de los días y varias
veces al día.
Era nuestro primero contacto con Islandia y procurábamos
sujetar la capucha en la cabeza... pero cuando ya lo estabas consiguiendo,
salía el sol y el calor te obligaba a quitarte el chubasquero.
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