lunes, 7 de octubre de 2013

El avión no cansa, el aeropuerto sí

Por muy lejos que te vayas, el trayecto en avión no cansa; lo que de verdad cansa son las interminables esperas en los aeropuertos y el constante deambular por sus eternos pasillos. Para colmo no hay vuelos directos directos entre Madrid y Reykjavik por lo que no queda más remedio que hacer una escala en alguna ciudad europea (por ejemplo, París) y posiblemente toque también hacer noche allí hasta que al fin se pueda tomar el avión que te lleve a Islandia.

Hay que armarse de paciencia e ir bien provisto de música y lectura; después, algún café o refresco, te ayudará a soportar las esperas. Sin embargo, el saber que al final se pisará tierra islandesa, compensa todas las incomodidades del viaje.

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