miércoles, 16 de octubre de 2013

Icelandair

Por fin llegó el momento tanto tiempo esperado y embarcamos en un avión de Icelandair para dejar París rumbo al aeropuerto de Keflavik. Nunca me importó menos el tener que madrugar. Cuando la noche anterior me acosté en mi habitación del Hotel Ibis del aeropuerto lo único que deseaba era que transcurriesen rápido esas pocas horas. Creo que ni siquiera fue necesario el despertador. Aún de noche, cogimos el autobús para la terminal y pronto estuvimos dentro del avión. El más inolvidable viaje de mi vida iba a comenzar.

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