sábado, 30 de agosto de 2008

036.- Columnas de basalto

Las catedrales de Islandia las ha construido la naturaleza. Aquí tenéis un ejemplo de poderosas columnas que apuntalan el paisaje y sobrecogen al visitante.

035.- Palabras inefables, en Islandia

Pues sí, aquí tenéis a “Palabras inefables” en Islandia, en donde realizó un ímprobo reportaje fotográfico que deja como legado a toda la humanidad.

viernes, 29 de agosto de 2008

034.- ¡Abrete Tierra!

Pues sí, la Tierra se está abriendo bajo nuestros pies a la increíble (en términos geológicos) velocidad de 4 cms por año. Justo en este punto, las placas tectónicas de América y Europa se están separando y en el punto medio del puente que las une, tenéis a Mufi y Marmo con un pie en cada continente.

miércoles, 20 de agosto de 2008

033.- Campos de musgo

¿Será por el frío que la lava se arropa para estar calentita? Puede que así sea, puesto que la mayor parte de los campos de lava está cubierta de hierba, flores o musgo, como en este caso. Más de 20 cms. de espesor en muchos puntos.

032.- ¡Esto va a explotar!

Esta, que era la frase favorita de Marmo, nunca estuvo mejor empleada que en nuestra visita a Krisuvik. Allí el terreno estaba plagado de fumarolas de barro hirviendo. Los turistas podíamos acercarnos y pasear entre ellas, gracias a unas pasarelas de madera.

Un detalle: en la última fotografía, en la esquina superior derecha, puede apreciarse el aparcamiento de este enclave. Así era todo: sitios de sobra para aparcar, tranquilidad y sólo el ruido de la naturaleza acompañando tus pasos.

031.- ¡Tierra, trágame!

No digáis nunca esta expresión, por demás tan frecuente, no vaya a ser que la Tierra os haga caso. Este enorme lago que veis aquí se lo tragó enterito la Tierra hace unos meses cuando se abrió una enorme grieta en su fondo a causa de un terremoto. Sin embargo, poco después la Tierra volvió a escupirlo y llenó ese cuenco otra vez de agua, tal como lo veis ahora.

030.- Blue Lagoon

Ningún turista debería dejar de visitar el Blue Lagoon. Un enorme lago de aguas termales en el que darse un relajante baño, bueno para el espíritu... y también para la piel, por las algas que crecen en sus aguas. Con unas zonas más calientes que otras, pero todas suficientemente caldeaditas, puedes disfrutar de chorros de agua, barro de sílice para pintarte la cara como un indio, salas de vapor, saunas, etc. Da igual el tiempo atmosférico que haya, aunque nieve o llueva o haga viento, el agua sigue estando igual de calentita y lo que da pereza es salir de allí. Incluso sin salir del agua puedes pedirte una cervecita o cualquier refresco. Luego, tienes allí un bar y un restaurante todo ello perfectamente climatizado. Tanto nos gustó esta experiencia que el último día, antes de regresar, volvimos a repetir.

029.- Caballos estoicos

Cuando tomé esta fotografía hacía sol. Sin embargo, con lluvia, viento y frío, también se les puede contemplar con esa expresión de serenidad y –quién sabe- si de resignación ante las inclemencias del tiempo.

Si hay algo que puedes cambiar, lucha para cambiarlo; pero si hagas lo que hagas no vas a ser capaz de cambiarlo, ¿para qué preocuparte, entonces? Déjalo estar, con la misma expresión de serenidad y resignación de estos caballos.

028.- ¡Agua va!

Sí, pero a más de 80ºC. Así se recoge el agua del centro de la tierra y se lleva a través de kilómetros y kilómetros de tuberías hasta las ciudades. Las tuberías (como las que se ven en esta fotografía) van por encima del terreno y están recubiertas de mineral aislante, lo que permite que tras un trayecto de más de 30 kilómetros en muchos casos, apenas si pierdan dos grados de temperatura.

027.- Mimetismo

Esta escultura, representando un barco vikingo, se ha convertido en uno de los símbolos de Reykjavik y ahí estoy yo, mimetizándome con Islandia.

026.- Campos de lava

Aunque no lo parezca esto es un campo de lava. La erosión continua del viento, la lluvia y el hielo los convierten al poco tiempo en campos llenos de vida.

025.- Playas

Esto no es Benidorm, por supuesto. Aquí las playas son así, salvajes. Claro que también hay que ser muy valiente para meterse en ese agua tan fría. Pero si las playas se les pide que nos ayuden a rebajar el estrés, estas desde luego lo cumplen a la perfección.

024.- Caza fotográfica

La caza de la ballena es ahora fotográfica y algunos islandeses se quejan porque si se deja aumentar el número de ballenas la pesca se resentirá. Cierto es que las ballenas no comen peces, pero sí plancton, y este es el alimento básico de numerosas especies de peces.

023.- Gulfoss

Un par de meses antes de nuestra llegada hubo un fuerte terremoto que abrió nuevas brechas en el suelo, dejando escapar columnas de vapor que aún hoy día se mantienen. En nuestra visita a Hveragerdi pudimos ver muchas de ellas y, en algunas, hasta tocar el vapor caliente que escapaba por las grietas.

022.- Terremotos

Un par de meses antes de nuestra llegada hubo un fuerte terremoto que abrió nuevas brechas en el suelo, dejando escapar columnas de vapor que aún hoy día se mantienen. En nuestra visita a Hveragerdi pudimos ver muchas de ellas y, en algunas, hasta tocar el vapor caliente que escapaba por las grietas.

lunes, 18 de agosto de 2008

021.- Gaviotas asesinas

Cualquiera que vea esta imagen pensará: “¡Qué bonito, mira esas gaviotas!”. Pues de eso nada, monada. Esas gaviotas vienen con muy malas intenciones (vamos, como “Los pájaros de Hitchcock). Al principio pensé “van de farol, no se atreverán a atacarme”, pero estaba equivocado; ¡atacaron! Sin darme cuenta me había metido en su área de nidificación y en cuestión de segundos pasaron de las amenzas al más duro ataque. Menos mal que llevaba mi gorro contra la lluvia y los picotazos solo se quedaron ahí.

020.- Reflejo azul

El agua, que en algunos puntos refleja nuestra imagen, es de un azul tan intenso que nos hace dudar si aquello es agua de verdad y sólo estamos viviendo un sueño.

La tocas y es real, y comprendes que estás despierto y soñando –al mismo tiempo- el más bello de los sueños.

019.- Arboles en Islandia

La llegada a casa de Magnus, un policía jubilado que saludó personalmente al rey Juan Carlos en la última visita que hizo a aquél país, deparó dos sorpresas. La primera, una excelente comida-merienda-cena. No sabría explicar muy bien qué fue aquello: a media tarde, una combinación de café, coca-cola, embutidos, sardinas, pasteles, tartas, patés, quesos... dulce y salado todo junto en cantidades que no fuimos capaces de agotar, pero que saciaron nuestra hambre y nos prepararon para la segunda sorpresa: plantar cuatro árboles. Allí estaban los plantones, el abono, las herramientas... y cada uno de nosotros plantó un árbol. A partir de ahora, algo nuestro crecerá también cada día en Islandia.

Hace apenas unas décadas, prácticamente no existían árboles en Islandia: el duro clima y la necesidad de madera para barcos y calefacción agotó hace siglos las pocas existencias. Sin embargo, el aprovechamiento de los manantiales de agua caliente para calentar casas e invernaderos y producir energía eléctrica, ha llevado a los islandeses a una sana obsesión por repoblar su país. Tanto en las ciudades como en sus campos, se ven ahora cientos de árboles que, a pesar de viento, el frío y el largo invierno, consiguen salir adelante. Un ejemplo más de la tenacidad del hombre que quiere vivir en armonía con su planeta y no a costa de él.

018.- Geysir

Sin duda uno de los atractivos de Islandia es ver en acción alguno de sus geiseres, como los de la zona de Geysir. En un espectáculo natural, no hay horas fijas y es la naturaleza la que actúa como y cuando le viene en gana. No obstante, en esta zona suelen ser bastante activos, por lo que no es difícil contemplar las erupciones. Así, por ejemplo, en el rato que estuvimos allí pudimos contemplar hasta cuatro de ellas, y dejar constancia fotográfica de aquellos momentos. Contemplar tan de cerca el rugir de la tierra, lanzado columnas de agua hirviendo, es un espectáculo imborrable.

lunes, 11 de agosto de 2008

017.- Coloquios pasados por agua

La verdad es que esto de las piscinas termales crea adicción, así que no es de extrañar la afición que tienen por las mismas. Estar sentados en estos cubículos de agua calentita, charlando relajadamente, es de lo más satisfactorio que hay. Aquí tenéis a la familia al completo (Pelos de susto, Ballenator, Mufi y Marmo) en remojo a una temperatura de entre 30 y 40ºC tal como reza el carte situado encima. A la derecha se observa otra piscina, la misma que tenéis en la foto de abajo. Como podéis ver por las caras (y el color rojizo que va tomando la piel) de Stella, Marmo, Mufi y Pelos de susto, la temperatura del agua supera aquí los 40ºC. ¡Lastima no haberse traído un poco de esa agua para cenar: “sopa hispano-islandesa"!

016.- Abriendo horizontes

En el valle de Thingvellir está esta enorme falla en la que se puede ver, durante kilometros y kilómetros, como se abre la tierra bajo tus pies. Así deberíamos abrir todos nuestra mente y aceptar opiniones y puntos de vista contrarios a los nuestros sin esa manía de intentar convencer a todos de que nosotros siempre tenemos razón. Nadie está en posesión de la verdad y ni siquiera la verdad es permanente, como tampoco permanece igual la tierra bajo nuestros pies.

015.- Volver

Esta es la grieta de las monedas; una falla –en el valle de Thingvellir, sede del antiguo Parlamento- llena de agua. Aquí todos los que acuden a este lugar arrojan una moneda y piden un deseo. Si se es extranjero ese deseo no puede ser otro que “volver”.

014.- Ejemplo de democracia

Ellos fueron los primeros en implantar la democracia, y este fue el primer parlamento europeo. Sin embargo, mientras en otros países la democracia ha sufrido serios vaivenes y amenazas, aquí sólo ha tenido progreso, en un marco de paz y estabilidad constante; quizás porque la única inestabilidad que tienen no es de procedencia humana, sino geológica y climática, por lo que todos deben estar unidos para hacer frente a las inclemencias del tiempo y las amenazas tectónicas.

Hoy día, esta antigua sede del Parlamento es un lugar de atracción turística y sólo en contadas ocasiones se celebran en la misma recepciones oficiales.

013.- Agua para todo

Ha sido un gran invento el aprovechamiento del agua que hacen los islandeses. Con tanta cantidad de agua que tiene esta isla y la lava ardiente que hay a pocos metros de su superficie, los manantiales de agua caliente son incontables y por cualquier grieta del terreno puede verse el vapor de agua escapando. En esta foto vemos a Pelos de susto y Ballenator caminando. A sus espaldas, varias columnas de vapor de agua y unas tuberías con las que se conduce este agua caliente hasta todos los hogares (eso sí que es calefacción central: del centro de la tierra hasta tu casa).

Pero aparte de obtener agua caliente a muy bajo coste, también la utilizan para obtener energía eléctrica. De esta forma tienen energía eléctrica de sobra y como esta energía no puede exportarse al continente, le dan una nueva utilidad: la fabricación de aluminio. Esto ha llevado a Islandia a convertirse en uno de los principales productores de aluminio de todo el mundo.

012.- Celebración con el sol de medianoche

La final de la Eurocopa la vivimos en islandés, pero no importó, porque el lenguaje del fútbol es universal. Desde allí todos pudimos disfrutar de la victoria española con el gol de Torres (fruto del Atleti, por si algún madridista no lo recuerda).

Tras el partido, Pelos de susto corrió y saltó de alegría por el parque y se tomó unas cervecitas a la luz del sol de medianoche. Fue tan grande y brillante el papel de España en esta Eurocopa y esta gran final, que no quiso el sol lucir menos que España (a la que entrenaba Luis Aragonés, atlético de toda la vida, por si algún madridista no lo recuerda).

011.- Cada rincón, una sorpresa

En todos los lugares encuentras rincones de sobrecogedora belleza. Solo hace falta caminar por esta tierra para encontrar a cada paso un paisaje diferente y mil motivos distintos para fotografiar.

010.- Todo por conocer

Es tan grande la fuerza de la naturaleza y te sientes tan vulnerable ante la misma, que ese sencillo acto de humildad se muestra como el camino más fácil para comprender que no somos sino una minúscula parte de la naturaleza.

009.- Un país que se levanta

En pocos lugares del planeta está la tierra tan viva como en Islandia. Islas que nacen del fondo del océano, montañas jóvenes cuyos latidos se hacen sentir. Con una climatología siempre cambiante, la naturaleza ofrece también un constante cambio.

Y de igual forma sus ciudadanos –de los más trabajadores del planeta- levantan el país que es, desde hace tiempo, una de las sociedades más avanzadas y con mayor riqueza económica.

domingo, 10 de agosto de 2008

008.- Aquatic bar

Dicen que a los españoles nos gusta mucho ir al bar a charlar con los amigos. Bueno, pues a los islandeses también, pero como allí siempre hace frío y el alcohol es muy caro (si fuese barato estarían todo el día borrachos), han sustituido esa sobreabundancia de bares que hay en España por una sobreabundancia de piscinas termales que puedes encontrar y disfrutar por todas partes. En algunas de ellas el horario es tan amplio que puedes ir a bañarte desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche. Una vez dentro tienes piscinas con varias temperaturas, desde las más “fresquitas” de 30ºC hasta las más calentitas de 40ºC y otras más aún (aunque en estas últimas no llegué a meterme, porque más allá de los 40ºC noté que me ponía muy coloradito y el agua empezaba a desprender aroma de sopa). Aparte de las piscinas grandes para nadar, hay otras más pequeñas con asientos y que son el punto de encuentro para charlar relajadamente con los amigos y con cualquiera que pase por allí. El taburete del bar lo han sustituido por el asiento acuático. Y estas piscinas están abiertas todo el año; da igual que llueva, nieve, haya luz u oscuridad total; los islandeses disfrutan de este nuevo hobby nacional en cualquier época y climatología y se sienten profundamente orgullosos de este logro. Y además son bastante baratitas; el equivalente a unos tres euros por persona.

Bueno, y eso sí, para tomarse una copa, todas ellas tienen dentro un bar y las baldosas calentitas para no coger una pulmonía. Acostumbrados como están, desde pequeños, a este clima, los islandeses son tíos fortachones. No sé cómo aguantaríamos nosotros un invierno allí.

007.- Todo terreno

Este coche que veis aquí es un todoterreno, que es la especie más común en esta tierra. Exceptuando la carretera principal (que circunvala toda la isla y tiene más de 1.300 kms de longitud), el resto son carreteras de tierra e incluso de piedras, así que lo mejor es disponer de un todo terreno, con tracción en las cuatro ruedas, para poder circular con tranquilidad. Todas las carreteras son de doble sentido, sin arcén (es más, tienen gravilla en los laterales, así que como vayas un poco rápido te vas al...). En los puntos ciegos te avisan para que toques el claxon por si aparece algún coche por el otro sentido y los límites de velocidad es mejor cumplirlos, no por las multas sino por la propia seguridad. De cualquier forma, los atascos no existen y tan solo de vez en cuando te cruzas con otro coche (¡igualito que en España!) y cuando llegas a cualquier atracción turística tienes sitio de sobra para aparcar. En la foto, Mufi junto al coche de la hija de Daniel y Stella.

006.- Las ballenas ya (casi) son historia

¿Qué ha sido de los grandes puertos balleneros? ¿Qué ha sido de aquella industria? Hoy aparecen varados en el puerto aquellos barcos que un día se dedicaron a la caza de la ballena. Los mínimos cupos permitidos han obligado a los islandeses a encontrar otras vías de ingresos. Ahora la caza de ballenas es fotográfica y sólo unos pocos kilos de carne de ballena llegan a las mesas y... al estómago de Pelos de susto (¿veis como era muy acertado el mote?). Claro que para susto el de la especie ballenil cuando vio en qué quedaba un hermoso ejemplar de ballena después de pasar por el plato de Pelos de susto.

En esos días tuve la oportunidad de comer varias veces ballena, que es algo así como un cruce de vaca y atún; la textura de la carne pero con un ligero saborcillo a pescado. Pero está bueno, y si no, véase en la foto de arriba cómo dejé el plato.

005.- Centro de la vida

El agua es indispensable para la vida humana y en Reykjavik el lago Tjornin, justo en el cetro de la ciudad, nos recuerda esa dependencia. En un país como este la necesidad no está en la cantidad de agua (en ese aspecto van sobraos con todo lo que llueve, nieva, los glaciares que tienen, etc.) sino en la temperatura de la misma. Hoy día el 97% de las casas tienen agua termal para calentarse. Sin eso, desde luego, resulta difícil imaginar una vida confortable. Pero aquí sí que la tienen: Islandia está todos los años en el top 5 de los países con mayor renta per cápita.

Pasear alrededor de este lago, es una de las experiencias más agradables que puede encontrar el viajero. Y alrededor del mismo, una ciudad llena de vida (tiendas, restaurantes, parques, etc.) pero sin aglomeraciones; en todas partes hay sitio de sobra para comer (sin necesidad de reservar), para comprar (sin esperar largas colas para pagar), para aparcar (sin tener que estar dando vueltas y sufriendo atascos hasta encontrar un sitio)...

004.- El abrazo del viento

No se puede entender Islandia sin el viento, personaje omnipresente que no podía faltar en nuestra primera visita que fue al barrio de Seltjarnarnes, en las afueras de Reykjavik, en donde vivían Daniel y Stella en una magnífica casa, y donde también vivían su hija y sus nietas en otra casa que para sí quisieran muchos actores de Hollywood. Su salón inmenso, con ventanas gigantescas y capacidad para grandes fiestas (piano incluido) daba a un jardín y un porche en el que su marido estaba instalando un jacuzzi para poder relajarse en agua termal, al aire libre, en cualquier época del año. Por su parte, Daniel, había acristalado una terraza que -convertida en salón invernadero- les permitía gozar de la luz aunque la temperatura exterior estuviese bajo cero.

Tanto las casas como los edificios y monumentos, son todos modernos (los pocos edificios antiguos que hay en la isla no se remontan más allá de 1.800. En la imagen (de derecha a izquierda), Mufi, con la melena recogida, Marmo, Ballenator y detrás Daniel, suben una colina azotada por el viento.

Puede que sea el viento el que hace que el cielo esté siempre en constante movimiento. “Aquí el tiempo cambia muy deprisa” repetía Pelos de susto una y otra vez; y en efecto cada pocos minutos cambiaba el aspecto y la luminosidad del cielo.

003.- Home, warm home

Este era nuestro apartamento en el centro de Reykjavik (las ventanas del salón y la terraza son las que tienen el nº 33). Como se puede ver, amplias ventanas para aprovechar al máximo la luz; nada de persianas, solo unas cortinas, si hay luz, ¡que entre!; enormes radiadores por toda la casa que funcionan incluso en verano (la temperatura oscilaba entre 8 y 12ºC) y la mantienen tremendamente confortable; agua caliente con olor y sabor sulfúrico, ya que proviene de los manantiales internos de donde sale a 80ºC; todo tipo de utensilios y comodidades en el apartamento; y abajo una zona común con Internet, lavandería, etc. para uso (que no abuso) de los huéspedes. Y en la cocina no podía faltar el café islandés, suave y agradable, para que puedas beber todo lo que quieras sin desvelarte ni excitarte.

sábado, 9 de agosto de 2008

002.- Pelos de susto

Hola, me llamo “Pelos de susto” porque con la humedad y el viento que siempre reina por estos lares, los pocos pelos que me van quedando en la cabeza se ponen de punta. Ese mote me lo puso Daniel, un penpal a quien conocí hace unos años e invité a nuestra casa de Madrid. Ahora él ha correspondido y nos ha organizado un viaje para conocer el corazón de Islandia y –como dice mi camiseta- mi corazón también se ha perdido en Islandia. Durante los próximos post que vaya introduciendo en este blog os iré mostrando mi visión personal de esta tierra.

Los otros personajes que me acompañaron en esta aventura fueron: Daniel, mi amigo Islandés, y su mujer Stella, quienes nos organizaron una estancia inolvidable; Ballenator (como Terminator pero en ballena) mi mujer, quien disfrutó de las cálidas aguas termales islandesas); Mufi (diminutivo de Mufasa, el Rey León) mi hija mayor, cuyo pelo se convierte en la melena de un león cada vez que siente la humedad; y Marmo (abreviatura de Marmota) mi hija pequeña, quien disfruta mordisqueando cual marmota cualquier cosa que caiga en su bol delante de la tele). Como personajes invitados contamos con la participación de Magnus, quien nos ofreció un recuerdo inolvidable y los frailecillos o puffins, quienes posaron para nosotros en un magnífico reportaje que ya quisieran para sí los del National Geographic (bueno, si pagan bien les puedo ceder los derechos)

001.- La luz lateral

Dicen que la luz en Islandia es diferente. Desde luego nunca está en lo alto del cielo, sino que ilumina desde un lateral más o menos bajo según la hora y la estación. Presumen ellos de tener más horas de luz que Miami, por ejemplo, y es cierto, pero no nos engañemos, una cosa es la luz y otra muy diferente el sol. Los ratos en que aparece el sol, la vida es una fiesta y por eso, cualquiera que sea la hora del día o de la noche en que se pueda disfrutar del sol, resulta obligado salir a recibirlo y fundirse con él en un abrazo.