El avión me iba a llevar a la isla de mis sueños y allí,
mientras esperaba el embarque, miles de imágenes pasaban por mi cabeza. Durante
muchos años, durante toda mi vida –al menos desde que yo recuerdo- tuve el
sueño de pisar alguna vez tierra islandesa. Es frecuente que la gente guarde
postales como recuerdo de los lugares que ha visitado, pero en mi caso fue al
revés: guardaba postales de un lugar en el que nunca había estado pero que
tenía la esperanza, algún día, de visitar. No era una pues una colección de
postales para el recuerdo, sino de postales para el futuro.
De esta forma devoraba con fruición todo tipo de lecturas
sobre este país y guardaba folletos y postales –como la que ilustra este post-
pensando que algún día aquellas imágenes se harían realidad.
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