lunes, 21 de enero de 2019

Trineos de perros ¿quién conduce a quién?


La verdad es que nosotros poco teníamos que hacer –salvo mantener el equilibrio en el trineo- porque los perros se conocían perfectamente el recorrido y lo seguían a toda velocidad posiblemente sin hacer ni puñetero caso de nuestras instrucciones y gritos de ánimo. Tan acostumbrados estaban, que no hubo ningún vuelco ni accidente, a pesar que el recorrido tenía desniveles y curvas.

Cuando los perros veían que la meta estaba cerca, ellos mismos se animaban y aceleraban para quitarse cuanto antes de encima a esos pardillos que les habían puesto en el trineo.

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