Seguro
que muchos de vosotros habéis comido más de una vez al aire libre, y no me
refiero sólo a la terraza de un restaurante o cafetería, sino a ese típico pic
nic en mitad del campo. Pero igualmente estoy seguro que no habéis comido al
aire libre a -20ºC sentados tranquilamente en un banco de madera en mitad del
paisaje nevado de Laponia.
Después
de tantas pruebas “atléticas” bien que nos habíamos ganado esta comida que nos
supo a gloria y nos permitió recuperar fuerzas. Allí al fondo quedaban las
tiendas samis y los circuitos por donde habíamos competido. Ahora era el
momento de disfrutar de la comida antes de regresar, porque las pocas horas de
luz ya se estaban acabando…
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