De
todos es conocido cómo son las tiendas de campaña de los Samis por haberlas
visto en películas y reportajes, pero lo que muy pocos habrán experimentado es
cómo montar una de estas tiendas. ¡Esa era la última prueba! Primero nos
explicaron la forma de hacerlo y, por el peso y longitud de los palos que
sustentan las pieles que forman la lona de la tienda, esta prueba había que
hacerla en equipo y entre nosotros debíamos adjudicarnos cada uno una función
específica.
Pero
el reto no era montar la tienda sino además hacerlo en el menos tiempo posible,
que para eso estaban los jueces ojo avizor con el cronómetro en mano. MI equipo
–ya lo he comentado- era el de los vascos, y si un vasco nace donde le da la
gana, une quipo de vascos es capaz de montar una tienda Sami más rápidamente
que los propios samis.
Y
así fue. Apenas hizo falta intercambiar entre nosotros unas pocas instrucciones
de lo que debía hacer cada uno, porque la sincronización fue perfecta. Los
jueces miraban con asombro cómo cada uno de nosotros sabía lo que tenía que
hacer y cómo en un tiempo record levantamos la tienda, proclamándonos campeones
de esta prueba y obteniendo la más alta puntuación.
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