Para
sacarse el carnet de conducir trineos tirados por renos hay que estudiar en su
hábitat, Laponia, para conocer sus costumbres y la mejor forma de llevarlos.
Esa fue una de las primeras enseñanzas que nos dieron al comienzo de estos peculiares
Juegos Olímpicos de Invierno. De hecho, la primera prueba que hicimos fue la de
capturar renos con un lazo (tal como hacen los vaqueros en el Oeste pero en
este caso con renos en vez de reses). No obstante, como éramos principiantes,
en vez de ponernos frente a una manada de renos auténticos, nos pusieron
delante un reno de madera, y así aprendimos sin ningún riesgo, cómo tirar el
lazo para atrapar a los renos. Cada una de estas pruebas era examinada por los
jueces que iban anotando las puntuaciones correspondientes.
Ya
familiarizados con los renos (aunque fuesen los de madera) nos tocó tocar a los
renos de verdad, y allí nos esperaban uncidos a los trineos para darnos un
paseo por los bosques helados. Después del viaje en moto de nieve hasta este
lugar, fue relajante pasear en un trineo tirado por renos como si fuésemos Papá
Noel.
Como
recuerdo de aquella experiencia, además de la puntuación conseguida en virtud
de nuestras habilidades como conductores de trineos, nos dieron un “Carnet de
conducción de renos”.
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