domingo, 27 de enero de 2019

El descanso de los atletas


Después de finalizar las pruebas en que habíamos competido, nos sirvieron un reconfortante almuerzo. Fuimos pasando por la caseta restaurante y allí nos dieron la bandeja con alimentos nutritivos, energéticos… y calentitos.

Había –cómo no- carne de reno, una sopa de no sé qué y otras cuantas cosas típicas de la tierra, todas ellas altamente energéticas para poder soportar las gélidas temperaturas, aunque todo hay que decirlo: a pesar de estar a -20ºC no teníamos frío ya que el mono térmico que nos habían dado nos protegía del frío exterior como nunca hubiera imaginado.

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