El viento permanente, ayudado por la lluvia y las duras
heladas del invierno, van tallando el paisaje y modelando nuevas formas. Las
duras rocas que la tierra escupió desde se estómago, la hinchazón de su piel
creando nuevos perfiles a nuestra vista, con el paso de los años y el trabajo
constante de la climatología esculpen un nuevo paisaje cada día.
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