martes, 17 de diciembre de 2013

Lo que el ojo no ve

La naturaleza en Islandia es tan sorprendente que el ser humano se funde con ella hasta formar parte integral de la misma. Cuando vi esta foto por primera vez, contemplé una cascada, un río que se desploma entre las rocas y alimenta una corriente de agua que va regando la vida en su discurso. Sin embargo, una visión más detenida de esta foto, nos desvela detalles que antes pasaron desapercibidos. A la derecha, asoma la cabeza de un pescador, escondido entre las rocas, en donde ha encontrado cobijo para la sosegada espera de una mañana de pesca. Y si miramos con más detalle, un sedal cruza en diagonal la imagen ,desde el centro del remanso de agua hasta el lugar en donde aguarda tranquilo su presa el pescador.

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