martes, 24 de diciembre de 2013

Como un jabato

Así decimos por aquí y así se comportó mi pequeño utilitario con el que recorrí una buena parte de Islandia. Lo metí por carreteras de tierra para conocer a fondo esa Islandia fuera de la ruta habitual de los autocares de turistas –aunque también fui a los sitios típicos- y respondió de maravilla durante toda mi estancia. Eso sí, el coche era prácticamente nuevo, en perfecto estado y con muy pocos kilómetros. Allí no sucede como en otros países del sur de Europa (y no digamos ya de otros lugares más atrasados) en donde como lo habitual es que te entreguen un coche con muchos miles de kilómetros, el depósito de gasolina en rojo, el aceite bajo mínimos, ruedas y pastillas de freno gastadas, carburador obstruido, suspensión destrozada...

No hay comentarios: