Carreteras de tierra que se adentran en el interior de la
isla. Capilares de un ser vivo, la Tierra, cuyos glóbulos minúsculos somos
nosotros, desplazándonos sin sentido por su extensa superficie. Cualquier lugar
es bueno en Islandia para descansar un momento del viaje y contemplar la
naturaleza salvaje de un planeta más vivo aquí que en ningún otro lugar.
Inmensidad y silencio por doquier para que solo sean nuestros pensamientos y
los espíritus de la tierra quienes nos acompañen en ese viaje por el interior
de nosotros mismos.
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