Los patos se acercan a las personas buscando algo de comida.
No tienen miedo porque nadie los amenaza, ni siquiera los niños que aquí se comportan como a todos nos gustaría que se comportasen.
No hostigan ni persiguen a los animales sino que, al contrario, les muestran su cariño y estos se lo devuelven con su cercanía.
“Educación y respeto” son dos palabras presentes -de forma
permanente- en la cultura y personalidad de los islandeses.
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