domingo, 24 de noviembre de 2013
Coche de boda
Paseando
por Reykjavik nos sorprendió un coche de boda, con los adornos típicos para
llevar hasta el altar a los novios; pero no era un coche como los que se suelen
ver en España sino un todoterreno de enormes dimensiones y más enormes aún
ruedas. Lógicamente, en un país donde casi todas las carreteras son de tierra,
y en donde esta tierra se ve alterada con frecuencia por lluvias torrenciales o
permanentes, inundaciones, temblores de tierra, heladas, etc., tener un coche
así no es una cuestión de esnobismo sino de la más elemental lógica.
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