En este detalle lo que quiero mostrar es la acera de una de
las calles del centro de Reykjavik. ¿Qué es lo que allí se ve? Nada.
Exactamente eso: nada. Las calles están limpias porque nadie tira nada al
suelo; para eso están las papeleras y si, por casualidad, no tienes a mano
ninguna, conservas en tu poder eso que ibas a tirar y te esperas hasta
encontrar una.
Por cierto, tampoco se ven ahí marcas de chicles tirados al
suelo y pisoteados hasta quedar incrustados en las baldosas o el asfalto como
tan frecuente resulta verlo en otros países y ciudades.
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