Aquí me tenéis a bordo del rompehielos Sampo provisto de
mi cámara fotográfica para inmortalizar aquél viaje inolvidable. Como podéis
apreciar estoy sonriendo porque disfrutaba tomando fotografías dentro del barco
y aún no había subido a cubierta. Fue entonces, cuando sentimos que el barco
soltaba amarras y se ponía en movimiento, y al cabo de unos minutos comenzamos
a escuchar un preocupante ruido, como si alguien estuviera estrujando
literalmente el barco tal como hacemos nosotros cuando arrugamos un hoja de
papel. Ese ruido era el que producía la proa del barco al romper el hielo para
abrir un camino navegable.
Algunos de nosotros decidimos subir a cubierta para
contemplar el espectáculo. Yo iba provisto de mi cámara fotográfica sin saber
que la última foto que acababa de tomar en el interior del barco iba a ser la
última…
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