Por
la noche, durante la cena, tuvo lugar el acto de entrega de medallas a los
ganadores de aquellas peculiares Olimpiadas de Invierno, y el equipo ganador
fue el de los Renos, es decir, el de los vascos, es decir, el mío (un manchego acogido
por los vascos).
El presidente de la compañía entregó las medallas y tras
enlazarlas al cuello saltamos y cantamos de alegría entre los aplausos de los
dignos y deportivos equipos competidores.
Por
cierto, las medallas no podían ser más ecológicas: de madera.
Y como la foto anterior no es muy buena y este grupo de campeones merece todo el reconocimiento y honores, aquí dejamos a continuación otra foto de un posado más reposado:
Y como la foto anterior no es muy buena y este grupo de campeones merece todo el reconocimiento y honores, aquí dejamos a continuación otra foto de un posado más reposado:
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