Pues
sí, estos que veis aquí son urogallos finlandeses… aunque bien es verdad que lo
son sólo de adopción. Para participar en estas Olimpiadas nos dividieron en
equipos y a mi me correspondió el equipo de los urogallos, formado por
visitadores médicos del País Vasco y yo mismo. El urogallo es una de las aves
más bellas y representativas de los bosques finlandeses y por consiguiente no
podía faltar como nombre de uno de los equipos, ya que todos ellos estaban
designados por un animal típico del país: osos, renos, alces, focas, etc.
Esta
fue la fotografía del comienzo, muy distinta a la del final… que ya conoceremos
más adelante, pero no adelantemos acontecimientos. Allí posando, en la
inmaculada nieve, estábamos dispuestos a afrontar una serie de pruebas
deportivas… de las que nadie nos había informado. No era, pues, como en las
Olimpiadas tradicionales, donde todos los atletas saben en qué disciplina han
de competir y se preparan duramente para tal fin; aquí, al contrario, la
ignorancia era supina y nadie sabía qué nos tenían preparado…
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