jueves, 6 de diciembre de 2018

Memorias de un viaje inolvidable


Durante todos estos días quiero compartir los recuerdos de aquél viaje inolvidable que realicé un mes de enero a Finlandia con motivo de una convención en donde se compaginó el trabajo y la diversión. Sé que este blog no es como mis otros blogs “AZprensa” y “Palabras inefables”, que tienen una gran audiencia; por el contrario “La luz horizontal” lo lee muy poca gente, pero eso sí, son personas fieles que sienten al igual que yo un gran amor hacia los países nórdicos o cuando menos una curiosidad por estos países y culturas tan diferentes.

Por pocos lectores que tenga este blog, merece la pena seguir escribiendo en él, en agradecimiento a su interés. Pero seamos sinceros, el primer interesado en escribir y releer lo que aquí aparece soy yo mismo, porque escribir y volver a leer es volver a vivir aquellos momentos. Así que me da igual que “La luz horizontal” tenga pocos o muchos lectores, porque con que tenga uno solo (yo mismo) vale la pena seguir manteniéndolo activo.

Y eso es lo que voy a hacer, lo que estoy haciendo, volocar en este espacio digitil imágenes y vivencias, sensaciones y pensamientos… emociones en definbitiva que despertó mi llegada a estos países. Por cierto, estuve seis veces en Noruega (una de trabajo y cinco de vacaciones; una vez en Islandia (de vacaciones); dos veces en Finlandia (una en invierno de ocio y trabajo y otra en verano de vacaciones); y muchas más (ya no recuerdo el número) en Suecia (una de vacaciones y muchas otras con motivo de trabajo que siempre se acompañó de tiempo libre para el disfrute).

No hay comentarios: