El
río Kemi (o Kemijoki en finés) es el río más largo de Finlandia con 550
kilómetros de curso. Al pasar por Rovaniemi este era el aspecto que lucía,
bañado en oro por los rayos del sol. La superficie estaba completamente helada,
salvo por algunas zonas donde parecía clarearse el hielo y mostrar un lento
discurrir de las aguas bajo él. Ya nos advirtieron que no nos fiásemos porque,
salvo aquellos que lo conocen bien y saben por qué zonas se puede caminar e
incluso patinar o perforar para hacer agujeros y pescar, los demás debíamos
actuar con mucha precaución. Y es que la indisciplina y falta de civismo de los
españoles debe ser bien conocida en todo el mundo. No hace mucho leí que en la
famosa piedra de Noruega Preikestolen (o “Pulpit rock”) había caído al vació (y
lógicamente se había matado) un turista por asomarse demasiado a ese corte
vertical de 604 metros sobre el fiordo. La noticia conmocionó a los noruegos
porque se trataba del primer turista que se mataba cayendo al precipicio, pero
a mí no me sorprendió cuando leí que aquél turista era… español.
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