Se llama terminal pero en realidad era el comienzo
verdadero del viaje; lo anterior sólo había sido el prólogo. El mostrador
indicaba que a las siete de la mañana partiría el avión con destino a Tromso. A
diferencia de España, donde habitualmente la hora señalada para la salida del
avión es la hora en que suelen llamar para que acudas a la terminal de embarque,
en Noruega la puntualidad es la norma, así que ya estaba todo preparado para
que el avión despegase a la hora fijada.
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