No
hacen falta más lujos. Para mí el Anemona B&B Hotel de Tromso tenía todos
los lujos que podía imaginar: una habitación confortable, un entorno rodeado de
naturaleza y muy cerca del centro de la ciudad, un ambiente tranquilo… ¿para
qué más? Pues así de sencilla y acogedora era mi habitación y no necesitaba
más. Porque además aquél era un viaje en el que quería ver muchas cosas, estar
todo el día recorriendo la ciudad y los alrededores, así que iba a pasar poco
tiempo en la habitación. ¿Compensaba entonces pagar más por un hotel lujoso en
el que sólo iba a estar por la noche para dormir? ¿Compensaba un hotel lleno de
atracciones, servicios, etc. si luego no iba a poder usar nada de eso? Tú mismo…
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