Parece como si hubiera vacilado un poco... simplemente
estaba esperando a que me hicieran la foto. El camino lo tenía decidido:
adentrarme en el corazón de Islandia. Así, paso a paso, fui conociendo este
país, metiéndome en su piel, sintiéndolo mío; tan mío que mi corazón ya nunca
más ha podido separarse de él a pesar de la ausencia y la distancia.
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