A pesar del frío, del viento, de la escasez de sol... la
vida se abre camino y numerosas especies animales se han adaptado al clima
islandés. A estas ocas poco parece importarles que este día del verano islandés
sea más parecido a un día de invierno en España que a uno de verano. Ellas
cuidan de su prole y disfrutan de la libertad y de la paz que tanto escasea en
otros muchos lugares.
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