En verano, en Islandia, siempre es de día... pero eso no
quiere decir que siempre haga sol; antes al contrario, el sol es un elemento
escaso. Más comunes son las nubes las cuales, unas veces se muestran más
generosas y otras menos dejando pasar la luz. En cualquier caso, nunca se hace
lo suficientemente de noche como para decir “vamos a dormir”... sólo el
cansancio es el que se ocupa de arrojarnos cada noche a la cama para soñar con un día más de aventura.
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