Frogner
park o Vigeland park es una de las principales atracciones turísticas de Oslo.
Caminando a través de sus avenidas puedes contemplar numerosas esculturas
hechas por este artista. Todas ellas muestran cuerpos desnudos del ser humano,
desde su nacimiento hasta su muerte, recreando escenas cotidianas y estados de
ánimo. El amor, la ira, la risa, los juegos, la amistad, el trabajo… todo está
representado a través de esculturas y grupos escultóricos en donde sólo el
cuerpo, sin los artificios de la ropa, es quien expresa y transmite las
emociones correspondientes.
En medio de aquél parque destaca un enorme monolito en
donde no existe ninguna columna sino que dicha columna está formada por cuerpos
hacinados de todas las edades. Desde allí hay, además, una excelente panorámica
de todo el parque.
Pero no solo al aire libre de este parque están las
esculturas, también merece la pena visitar el Museo en donde se conservan
bocetos y maquetas de este impresionante trabajo escultórico.
Cada vez que he estado en Oslo he visitado este parque.
En una ocasión lo hice con mi amigo Paulow Rynning y él me regaló este libro
(ver imagen) para que recordase siempre (y además en español) tan agradable
visita.
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