miércoles, 1 de mayo de 2019

Primera vista de Tromso


Y ya después de mi encuentro con el oso polar, levanté mi vista y contemplé la primera panorámica de la ciudad, en donde se distinguía perfectamente la singular catedral.

Esta primera bajada a la ciudad, desde mi hotel, la hice andando, pero como mi intención era hacer muchos kilómetros, ya había apalabrado un coche de alquiler en la ciudad, así que una de las primeras cosas que haría al llegar al centro de la ciudad sería recoger mi coche. 

¡Había tanto que ver…!

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