La satisfacción que produce completar una serie de
sellos sólo pueden entenderla los verdaderos coleccionistas. En el mundo de la
filatelia, cada sello es una joya en miniatura que nos da información sobre la
historia y cultura del país en cuestión. En mi caso, mi afición a la filatelia
y a Noruega me llevó a unirlas y coleccionar sellos de este país.
Intercambié sellos, y también amistad, con varios
noruegos y gracias a ellos completé mi colección desde sus orígenes hasta 1990,
a excepción, claro está, de algún ejemplar antiguo y carísimo que mi bolsillo
no me permitió adquirir.
Pero mención especial merece en esta colección el álbum
que me regaló Kirsti Johansen y que constituye el marco perfecto para este pequeño
pedazo de Noruega que desde entonces me acompaña.
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