Del
12 al 27 de febrero de 1994 se celebraron en Lillehammer (Noruega) los XVII
Juegos Olímpicos de Invierno. Durante mi primer viaje a Noruega ya tuve la
ocasión de visitar esta preciosa ciudad, y tanto me gustó que en posteriores
viajes volví a visitarla, quedando cautivado por la belleza y armonía de este
enclave. Más recientemente, en mi novela “La fuga (castidad & rock and
roll)” (www.bubok.es) hice vivir a mis
protagonistas una trepidante aventura que arrancó en su palacio de deportes y
concluyó no muy lejos de allí.
Volviendo
a los Juegos Olímpicos de Invierno, aún conservo grabada en un vídeo la ceremonia
de inauguración, al aire libre, con una temperatura de -20ºC, y una afluencia
masiva de espectadores que disfrutaron cálidamente en tan gélida noche.
En
la imagen, la mascota oficial de aquellos juegos. Su nombre es Hakon y me la
regaló Siren Klungland. Desde entonces, esta mascota permanece siempre en mi
coche y me acompaña en todos mis viajes. Un poco de Noruega viaja, pues,
siempre conmigo.
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