La corriente del agua debería circular hacia la derecha
y sin embargo lo hace hacia la izquierda; es la marea creciente que impulse el
agua del mar hacia el interior del fiordo como un impetuoso río que discurriera
en sentido contrario. Un solitario pescador lanzaba su sedal al agua esperando
buena pesca, mientras yo sentado en ese banco de madera en la terraza del
refugio reponía fuerzas con un delicioso picnic y alimentaba mi espíritu con
esta singular escena. La imagen fue tomada en Hella, cerca de Tromso.
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