Así he definido yo a esas columnas de vapor que se alzan
hacia el cielo a través de cualquier grieta o pequeña abertura en la superficie
del suelo: el aliento de la Tierra. Nuestro planeta es un ser vivo y como tal,
respira, y ese vapor que sale se asemeja a su aliento, el aliento que nos grita
que aún está viva... y no quiere que la matemos.
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