miércoles, 12 de febrero de 2014

A punto de cocción

En esta otra imagen se puede apreciar el tinte rojizo que va adquiriendo mi cuerpo según se acercaba al punto de cocción. 
Digo yo que el agua de estas piscinas islandesas podría utilizarse luego como sopa nutritiva. 

En fin, había que probar todas las temperaturas posibles que nos ofrecen este tipo de instalaciones y, por supuesto, no es lo mismo sumergirse en agua caliente en un recinto cerrado que hacerlo –como en Islandia- al aire libre; porque ese contraste tan especial entre el aire puro y el viento que nos da en la cara, y el agua cálida o supercálida que envuelve nuestro cuerpo, forma una indescriptible mezcla. 

No se puede explicar, hay que vivirlo.

No hay comentarios: