Se ha dado un paso de gigante en la lucha contra la contaminación: el llamado “proyecto CarbFix2” ¡funciona! Se trata de una tecnología que absorbe el dióxido de carbono del aire y lo convierte en roca al cabo de dos años. Como señalan los responsables del proyecto no es suficiente con reducir las emisiones de gases que se emiten a la atmósfera sino que hay que tomar también otras medidas y esta ha demostrado su viabilidad.
Su aspecto es similar a un gran ventilador y ya se ha puesto en funcionamiento, con los resultados esperados, en la planta de energía de Hellisheiði (ver imagen) en Islandia, aunque aún deben realizarse más pruebas para asegurar que esos resultados son reproducibles en todo tipo de climas.
En la planta de energía Hellisheiði se ha venido trabajando durante los últimos 12 años para unir con éxito el dióxido de carbono y el hidrógeno de azufre del vapor en las rocas basálticas, tanto aquellas que se encuentren en superficie como en los lechos marinos.
España también ha tenido participación en este innovador proyecto -liderado por la compañía Climeworks- a través de la empresa española Amphos 21, colaborando con la Universidad de Islandia y el Consejo Francés de Investigación (CNRS), respaldados todos ellos por la Unión Europea.
El dióxido de carbono, CO2 o anhídrido carbónico, es un gas presente de forma natural en nuestra atmósfera y necesario para la vida (es el producto residual de la respiración), pero el acelerado progreso industrial con emisiones crecientes e incontroladas del mismo, ha convertido en un problema ya que es el principal responsable del calentamiento global y de la acidificación del agua de los mares y océanos.
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