Con más frecuencia de la que nos imaginamos, el destino
(o como quieras llamarlo) juega con nosotros. De todos los que leen este blog
es bien sabido mi amor, mi pasión, mi devoción, por Noruega en particular y por
los países nórdicos en general. Pues bien, en otro de mis blogs, “Palabras inefables”
publiqué esta historia realmente sorprendente y que muestra cómo el destino (o
como quieras llamarlo) jugó conmigo y con ese exagerado amor que siempre he profesado hacia Noruega.
En este enlace tienes esta curiosa y sorprendente
historia:
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