O es que quizás Pelos de susto es muy cabezota. El caso es que no contento con sufrir un ataque de gaviotas asesinas, volvió a repetir la experiencia, y esta vez a propósito. Se metió en su área de nidificación y las gaviotas comenzaron a chillar, primero, hacer pases rasantes sobre su cabeza después, y picotear la cocorota protegida por el gorro, finalmente. ¿Será posible? ¡Y todo por hacerse una foto!
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