miércoles, 19 de agosto de 2020

España y Noruega, pros y contras


Aunque haya nacido en España, me siento más noruego que español, y esto no es de ahora sino desde siempre. En efecto, desde que era niño sentí una especial afinidad por los países nórdicos y en especial por Noruega e Islandia. Este “feeling” fue acrecentándose con los años y, ya en la edad adulta, tuve la suerte de que mi la compañía para la que trabajaba se fusionase con una empresa sueca, lo que me permitió viajar muchas veces a Noruega y Suecia. Pero no sólo disfruté de viajes de trabajo (que también llevaban aparejada –afortunadamente- una buena dosis de turismo y diversión) sino que otras muchas veces aproveché mis vacaciones de verano para viajar a esos países (en especial a Noruega) y conocer personalmente a algunos amigos a quienes la afición por la filatelia nos había puesto en contacto previamente.

Puedo decir con fundamento que conozco Noruega, no sólo por haberla visitado varias veces, sino porque aquellos viajes no fueron como turista sino como huésped de amigos noruegos, pudiendo conocer así cómo es la vida normal del día a día.

Con todo esto no quiero decir que no me guste España, que también tiene sus cosas buenas; ni que esté ciego y no reconozca que Noruega tiene cosas malas (que alguna también tiene), pero si hay que hacer alguna recomendación en cuanto a ventajas e inconvenientes de cada uno de estos países, me reafirmo en cuanto publiqué en este otro blog:

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