(Noticias de Islandia) Los efectos del fútbol sobre el ser
humano pueden llegar a ser de lo más asombroso. El último ejemplo nos lo ha
dado Islandia. Su selección nacional de fútbol, considerada siempre como la
“Cenicienta” en competiciones europeas, puesto que siempre era derrotada por
otros países muchos más potentes futbolísticamente (y con muchos millones de habitantes
frente a los sólo 330.000 de Islandia), y un simple empate o un gol marcado
aunque perdiese, eran celebrados como una gran gesta.
Pero he aquí que las cosas han cambiado. Islandia se ha
esforzado en mejorar futbolísticamente y esos esfuerzos han dado sus frutos,
llegando a unas cotas que nadie podía esperar, al menos en tan corto espacio de
tiempo.
Sorprendió a propios y extraños clasificándose para la fase
final de campeonato europeo de fútbol y luego en este campeonato deslumbró con
un fútbol incisivo y práctico, una afición modélica, y unos resultados que la
llevaron hasta cuartos de final, no sin antes haber derrotado a la todopoderosa
Inglaterra.
No es de extrañar que la euforia se apoderase de sus
seguidores, y que esa euforia acabase... en la cama. Ahora, nueve meses después,
el índice de natalidad se ha disparado. El Hospital Nacional de Maternidad de Reykiavik
ha tenido que aumentar sus pedidos de epidurales para atender a tantas y tantas
parturientas como han acudido estos días y reconoce que se han batido todos los
record de nacimientos. Dentro de esta avalancha de nuevos nacimientos, destacan con luz propia los que tuvieron lugar entre el 26 y 27 de marzo, justo nueve meses después
de la victoria histórica, por 2 a 1 a Inglaterra.
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