(Noticias de Islandia) En octubre de 2008 el primer ministro de Islandia, Geir Haarde,
anunció a sus ciudadanos la situación de bancarrota del Estado. Las tres
grandes instituciones financieras del país, Glithnir, Kaupthing y Landsbanki,
se declararon insolventes cuando sus inversores acudieron en masa a retirar su
ahorros tras la quiebra de Lehman Brothers. Muchos islandeses perdieron sus
ahorros y el paro se cuadruplicó alcanzando la cifra del 9,2% (aunque esta
cifra comparada con la tasa de paro en España es insignificante) y la inflación
llegó al 17 por ciento. Los islandeses, que hasta entonces habían vivido en una
sociedad idílica, sintieron de repente el golpe de la crisis; pero a diferencia
de otros países, actuaron con honestidad e inteligencia.
Islandia no rescató a sus bancos con dinero público (no
tenían suficiente para cubrir esa deuda) ni pidieron el rescate a Europa. Por
el contrario hicieron un referéndum para conocer la voluntad de sus ciudadanos
y actuaron en consecuencia: el Estado garantizó los ahorros de los islandeses
pero no el de los inversores de otros países que habían depositado su dinero en
esas instituciones bancarias en un claro ejemplo de especulación.
Esto indignó a Europa, pero animó a los islandeses. Además,
y -a diferencia de lo sucedido en otros países- los responsables financieros y
políticos de este descalabro fueron llevados a juicio y condenados muchos de
ellos. Se devaluó la corona islandesa y aumentaron las exportaciones. Los
islandeses comprendieron que el futuro de una nación y no está en la
especulación sino en la creatividad y el trabajo y de esta forma se lanzaron a
emprender nuevos negocios. Como decía el empresario Gudjun Mar Gudjonsson,
“cuando todos tenían dinero, nuestra fuerza de innovación estaba bajo mínimos.
El boom financiero nos había hecho mentalmente perezosos”.
Como dice el periodista Tlman Botzebhardt, “el entusiasmo
encaja con la ética combativa de los islandeses que, desde hace siglos, saben
afrontar las condiciones adversas. Ahora han vuelto a tomar las riendas de su
vida y tienen motivos para celebrarlo”.
¿Será por eso que hasta la hasta hace poco humilde selección
nacional de fútbol de Islandia trata ahora de tú a tú a las grandes potencias
futbolísticas y tienen encarrilado su pase a la próxima Eurocopa?